Historia de los Piratas Informáticos

Steve Wozniak, John Draper y Kevin Mitnick fueron los pioneros en la piratería electrónica. Actualmente un pirata informático tiene mala fama, pero antes no era así.

John Draper comenzó su andadura consiguiendo manipular las líneas telefónicas para realizar llamadas gratis. Según él, lo hacían por el reto que suponía, más que por la estafa a las compañías telefónicas. Lo hacían mediante un silbato que utilizaba el mismo tono que empleaban los teléfonos para permitir las llamadas. Pero al cabo del tiempo necesitaban algo más sofisticado que un silbato. Una pequeña caja azul con un teclado de teléfono que emitía tonos. Poco a poco fueron aspirando a más, llegando incluso a engañar a empleados de las compañías consiguiendo claves para poder seguir llamando gratis. Hasta que las compañías lo detectaron. En la población cundió la idea de que los teléfonos estaban siendo intervenidos por la CIA. Gracias a una entrevista publicada por un periodista, poco a poco fueron cayendo los manipuladores de teléfonos, hasta que dieron con John Draper, que fue acusado de delito federal y pasó 4 meses en la cárcel.

La informática fue una revolución tecnológica que los propios piratas habían inspirado. Steve Wozniak fue uno de los elementos claves en esta revolución. Steve había quedado marcado por el fenómeno de las cajas azules. Tras intentar fabricarse una él mismo, intentó contactar con Draper para que le enseñara a fabricar una. Desde la habitación de la residencia donde habían quedado, llamaron al Vaticano preguntando por el Papa. Poco después, los dos fundadores de Apple, Jobs y Wozniak, sufrieron una avería en su coche y decidieron llamar pidiendo ayuda a sus amigos mediante la caja azul. En ese momento fueron sorprendidos por la policía.

Los ordenadores modernos surgieron para controlar el lanzamiento de misiles y para otras operaciones militares. Poco después fueron aplicados para manejar ingentes cantidades de datos. A finales de los 60 surgían los piratas informáticos, que trataban de descubrir el funcionamiento de unas máquinas que sólo controlaban pocas personas. Querían descubrir su funcionamiento para poder emplearlos para otros fines diferentes a los previstos. Por aquella época apareció el Altair 8800, una pequeña caja que se construía en casa y que fascinó a los informáticos. Pronto la programaron para tocar una melodía que anteriormente fue tocada por un ordenador del tamaño de una casa. Toda esa gente comenzó a reunirse más a menudo y fue creciendo el número de asistentes. Básicamente lo que hacían era plantear los problemas de cada uno y la gente trataba de resolverlos. En ese momento se pusieron a trabajar para poder tener sus propios ordenadores. Crearon juegos, música, gráficos, etc... Cosas impensables en la época.
Bill Gates escribió una carta a los miembros de este club, diciendo que lo que hacían era robar, ya que aprovechaban material y conocimientos de otras personas. Resultó que en esos momentos estaban a punto de aparecer los primeros ordenadores personales. Wozniak creó el Apple I. Jobs no intervino en la creación del software ni del hardware, pero tuvo la idea de venderlos, por lo que enseguida apareció el Apple II. El club de piratas tenía los días contados.

Los piratas informáticos podían afirmar que ellos habían creado el mundo de los ordenadores modernos, pero tiempo después sería una actividad fuera de la ley. Kevin Mitnick fue buscado por el FBI por entrometerse en ordenadores de otras personas. Internet estaba despegando. Mitnick fue un admirador de la época del Club Informático Casero, pero él no utilizaba un ordenador personal. Se servía de los módems de una tienda para introducirse en los ordenadores de la gente. Mitnick se dedicaba a burlar los casi inexistentes sistemas de seguridad de las empresas. Pero había más gente dedicada a esto burla, llegando incluso a entrar en un ordenador de la NASA, como consiguieron hacer 4 estudiantes de un colegio.

A raíz de una película en la que mediante manipulación de sistemas informáticos casi se desencadena la Tercera Guerra Mundial, la gente tomó conciencia de lo que eran los piratas informáticos. La sociedad cambió su percepción sobre esta gente y pronto fueron perseguidos por el FBI.

Mitnick fue detenido por acceder a los ordenadores de una empresa informática, causando pérdidas por valor de 4 millones de dólares. Pasó 8 meses en una celda de aislamiento, ya que el juez creyó que con un simple teléfono sería capaz de desencadenar una guerra nuclear. Tras salir de la cárcel, volvió al apartamento de su padre y desde allí trató de averiguar quiénes fueron los que le metieron en la cárcel, así que volvieron a ir a por él, pero huyó y se inventó una identidad nueva y trabajó en un despacho de abogados. Pero Mitnick cometió el error de seguir pirateando. Mitnick volvió a ser detenido por 25 casos y pasó 4 años encarcelado hasta que salió el juicio.